La bodega Aitaren se sitúa en Zestoa (Gipuzkoa).

Su primer txakoli `Aitaren´ apareció en la añada 2015.

Es un sueño hecho realidad

Getariako Txakolina

Jon Eizagirre, director técnico de la bodega Aitaren y máximo responsable de la distribuidora Mardu, estableció contacto en 2014 con Ramiro Carbajo de Pago de Carraovejas (Peñafiel · Valladolid) y Quinta Esencia, Sofros … etc.

Jon Eizagirre

Ramiro Carbajo

Partieron de una idea inicial:

«Para hacer lo mismo ya están otros. Tenemos que hacer algo diferente …»

Aitaren sacó al mercado el primer txakoli fermentado y criado en barrica dentro de Getariako Txakolina

Las añadas 15-16-17-18 y 19 se elaboraron en las instalaciones de Gañeta en Getaria, siendo la 2020 la primera que se vinifica íntegramente aquí, en Zestoa.

En La guía del txakoli habíamos probado Aitaren desde su primera añada (2015) y tras catar su nueva incorporación recién sacada al mercado añada 2021, Lurretik, su nuevo txakoli joven de año, decidimos visitarles.

La bodega es de hormigón, funcional.

Châteaux.

El viñedo rodea a la bodega.

Actualmente hay plantadas 3,8 has. de hondarrabi zuri sobre suelos de arcilla y roca caliza flysch que se encuentra a escasos 3 – 6 metros de la superficie.

El vigor de las plantas en esta primera semana de julio, así como el tamaño de las bayas y racimos auguran una vendimia algo adelantada con respecto a estos últimos años.

Las pequeñas terrazas se han plantado respetando la orientación del terreno.

Jon Eizagirre, fundador de Exclusivas Mardu Gourmet ha cumplido su ilusión de crear un vino único y de calidad, con viñedos cultivados en las tierras familiares del caserío Mardu.

Los viñedos están alineados en espaldera con rendimientos de unos 5.500 kilogramos por hectárea.

La mayor parte se asienta sobre una ladera arcillosa de arenisca y margas, con orientación sureste, facilitando la insolación y los drenajes.

El mar Cantábrico se encuentra en línea recta a escaso kilómetro y medio y la altitud en la que se encuentra la bodega y los viñedos oscila entre 50 y 90 msnm.

Clima atlántico pero resguardado de los vientos

Podemos encontrar viñas de 20, 18 y 15 años sobre un marco de plantación que permite el laboreo y mecanización con tractor.

Se ha empezado a trabajar con Ozono.

De momento no es la solución única, pero ayuda a reducir los tratamientos sistémicos de manera considerable.

La vendimia es completamente manual en cajas de 10-12 kilos.

Viene a durar entre 5 – 7 días.

Las prensadas vienen a ser de 5000 kilos más o menos.

La prensa es semiabierta y va con racimo entero.

Se trabaja con nieve carbónica para enfriar los racimos y así preservar mejor los aromas.

«Queremos controlar bien el tema oxidaciones en bodega»

El mosto pasa por gravedad a los depósitos.

No se utilizan bombas.

El espacio de la bodega es amplio, luminoso, muy limpio.

En Lurretik, los mostos más ácidos, menos maduros pasan al tino de 5000 litros para fermentar.

La mayor parte, las 2/3 partes del total del futuro Lurretik va a depósitos de inox.

Posteriormente, una parte de lo que ha fermentado en inox, recibe 2 meses de crianza con sus lías en el tino de roble.

Finalmente se procede al ensamblaje del Lurretik.

Esta primera añada de Lurretik se vendimió a últimos de septiembre 2021 y se embotelló el 20 de enero 2022.

Pasamos a la sala de catas.

Una mesa amplia y redonda junto a un ventanal con luz natural ayuda y acompaña a catar los vinos en óptimas condiciones.

El trabajo en diseño y marketing es uno de los puntos fuertes en Aitaren.

Este año ha aparecido su segunda etiqueta

Lurretik

Aitaren y Lurretik son los txakolis de la bodega

La presentación en botella es serigrafiada en Aitaren y con etiqueta sobria, elegante y hecha con gusto en Lurretik

Aitaren 2020 es un txakoli que enamora desde el minuto 1.

El color es amarillo pajizo con irisaciones doradas.

Desprende aromas intensos a fruta fresca.

Es muy floral y su toque cítrico lo hace muy refrescante.

En boca, la mineralidad y el equilibrio fruta-acidez son extraordinarios.

Esta hondarrabi zuri de Lurretik deja un paso en boca con volumen, salino, mineral y un final muy agradable con un ligerísimo amargor.

Los tostados, la suave vainilla que encontramos, es muy sutil, perfecta para aquellos que nos gusta ese perfil de vinos con madera sin atosigar.

Las diferentes capacidades y el trabajo con volúmenes de 750 litros de roble de varios usos suman complejidad a una materia prima de altísima calidad.

Aún teniendo características de txakoli con peso y cuerpo, Lurretik viene a cubrir esos registros más de barra o acompañamientos más livianos.

Es de trago más largo y aunque sea también gastronómico, se deja beber con más facilidad.

Una copa anima a otra y a otra …

En la sala de depósitos, el espacio dedicado a los recipientes de elaboración y crianza permite, por los materiales y amplitud con la que se ha construido y diseñado, mantener una temperatura constante a lo largo del año.

Tino de roble francés de Seguin Moreau de Cognac de 5000 litros y fudres de 750 lts. de Mastro Bottaio de Udine para fermentación alcohólica y crianza.